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Anatomy of a sinner

Is there some one? can you se through my skin? my insides are no secret for you must take control pver every bit of my being

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cerebro formado aproximadamente por 80% de agua 10% de lípidos 8% de proteínas y el resto de sustancias orgánicas solubles carbohidratos y sales inorgánicas ¿cómo es posible que con estos ingredientes se haya creado una máquina como es nuestro cerebro ? primer organismo vivo tiene 3500 millones de años primeras neuronas 600 millones de años homo sapiens surge hace 200 000 años Desde la fisiología, se podría definir la conciencia como un estado del sistema nervioso que permite la aparición de conductas, complejas y conscientes, en función de las operaciones neuronales temporales que predominan en ciertas regiones cerebrales. Estas conductas complejas, que pueden ser pensamientos o bien acciones que implican algún tipo de movimiento, únicamente se podían medir a través de la observación directa del comportamiento. Pero, hoy en día, gracias a los avances tecnológicos, es posible «fotografiar» la actividad cerebral relacionada con cada tarea gracias a los dispositivos que permiten captar neuroimágenes funcionales. El enfoque científico con las leyes de la física La conciencia posee dos cualidades importantes que nos permiten describir su funcionamiento: el nivel de alerta y la experiencia de conciencia. El nivel de alerta se corresponde con el grado de activación corporal y psicológica que poseemos en un momento en particular, es decir, con la cantidad de energía que empleamos para estar atentos a las necesidades puntuales de nuestro organismo. Cuando estamos dormidos, vencidos por el sueño o sometidos a una anestesia, nuestro nivel de alerta es tan bajo que nuestra conciencia se «desconecta». En este caso, nuestro cerebro y nuestro cuerpo necesitan una activación fisiológica adecuada para poder procesar la información que llega a través de nuestros sentidos. Para entenderlo mejor, podemos comparar la conciencia con un faro. Cuando el faro está encendido (nivel de alerta alto), ilumina el entorno que lo rodea y nos permite percibir y responder a los estímulos. Sin embargo, cuando el faro está apagado (nivel de alerta bajo), nuestra capacidad para percibir y responder a los estímulos se reduce o desaparece. En cuanto a la actividad neuronal, se ha sugerido que surge esencialmente en la red formada por neuronas situadas en las regiones mediales frontales y el cíngulo posterior del cerebro. Esta red, que constituye la base neural de la actividad consciente, sería como una orquesta: cada neurona es un músico que toca su instrumento (los microtúbulos dentro de las neuronas) para producir la sinfonía de nuestra conciencia. En resumen, aunque según las leyes de la física y el método científico tradicional todavía hay mucho que aprender sobre la conciencia y cómo se relaciona con la actividad neuronal, las investigaciones actuales sugieren que nuestra conciencia es el resultado de complejas interacciones entre diferentes regiones del cerebro. La vida desde una perspectiva científica tradicional En el gran universo de la ciencia, el método científico cartesiano y newtoniano se erige como un faro de luz, guiando a los investigadores a través de las sombras de lo desconocido. Este enfoque, que ha sido la piedra angular de la investigación científica durante siglos, se aplica tanto a los problemas físicos como a los emocionales y abarca desde los misterios más profundos del universo hasta los desafíos más íntimos de la vida humana. La vida, bajo este prisma científico, se percibe como un fenómeno finito. Esta visión es una consecuencia directa de los principios fundamentales del método científico. Para ilustrar esto, podríamos considerar la vida como un libro. Cada libro tiene un principio y un final, y aunque las páginas intermedias pueden estar llenas de giros inesperados, siempre hay una última página que marca el final de la historia. El célebre físico teórico Richard Feynman (1918-1988) afirmó: «La ciencia es la creencia en la ignorancia de los expertos». Esta cita refleja la esencia del método científico: siempre hay más por aprender, siempre hay más por descubrir. En resumen, el método científico cartesiano y newtoniano nos proporciona una lente a través de la cual podemos examinar y entender el mundo que nos rodea. Nos permite abordar problemas tanto físicos como emocionales con un enfoque sistemático y riguroso. Aunque este método puede llevarnos a ver la vida como algo finito, también nos recuerda que hay mucho que no sabemos sobre ella y que tenemos infinitas posibilidades por conocer.